¿Por qué funciona (o no) el eLearning?

Si en la última década el crecimiento del eLearning no había hecho más que acentuarse, el contexto actual ha acelerado exponencialmente esta tendencia. Se trata de una oportunidad única para atreverse a superar los límites, pero que trae consigo el riesgo de dar este paso impulsado por las necesidades contextuales y sin una estrategia definida: en otras palabras, sumarnos a la carrera sin tener claro dónde está la meta.

En nuestro último webinar, «Cómo impulsar el compromiso para el APRENDIZAJE y la RETENCIÓN de una manera exitosa», insistíamos en que no existe una receta para crear experiencias de aprendizaje efectivas (y muchas veces, el error está en pensar que sí la hay), pero existen ciertos puntos clave que pueden marcar la diferencia entre el éxito y la pérdida de tiempo, recursos e interés.

1. Diseñar nuevas experiencias educativas vs. adaptar la enseñanza tradicional

Volcar el material de una capacitación presencial en un medio digital no es crear un producto de eLearning. Las formaciones online requieren un diseño instruccional enfocado en la experiencia de usuario dentro de un escenario completamente distinto al aula física y aprovechando el potencial de características únicas propias de la virtualidad como la posibilidad de incorporar el microlearning y el videolearning.

2. Enfocarse en el «qué» vs. priorizar el «cómo»

El extremo opuesto de adaptar la formación face-to-face es centrar la atención en la tecnología perdiendo de vista que el corazón de toda capacitación está en el conocimiento que buscamos generar. Tal como un buen contenido mal presentado no funcionará, un despliegue de herramientas interactivas y recursos multimedia no dará resultados si no se construye sobre una base sólida.

3. Delinear un proyecto a medida vs. elegir del catálogo

Si no existen recetas para una experiencia de aprendizaje efectiva, aún menos probable es encontrar resultados en la carta de menú. ¿A quién está dirigida nuestra capacitación? ¿Cuáles son las realidades y contextos de este público? ¿Qué intereses y preocupaciones tienen? ¿Cuán familiarizados están con el eLearning y la tecnología en general? Difícilmente un contenido desarrollado antes de conocer estas respuestas pueda satisfacer las necesidades de nuestros usuarios finales.

4. Fomentar la participación vs. pensar en individuos aislados

Años atrás el eLearning aún era pensado como la experiencia solitaria de un estudiante frente a una computadora. Hoy en día, es improbable imaginar una capacitación sin el desarrollo de una comunidad online y la interacción social a través de foros, chats, desafíos lúdicos, videollamadas… ¡Y, por supuesto, los estudiantes ya no necesitan estar frente a una computadora, pueden estudiar a través de un celular, un reloj inteligente, o un sistema de realidad virtual inmersiva!

5. Acompañar el recorrido vs. evaluar al final

Las instancias de evaluación son la oportunidad ideal para que los estudiantes puedan afianzar lo aprendido, reforzar contenidos y hacer consultas sobre los temas en los que no se sienten seguros. Sustituir el concepto de una única evaluación final por una distribución estratégica de evaluaciones que acompañen el avance y abran espacios para la reflexión y el intercambio será un factor central a la hora de consolidar el engagement. Pero eso no es todo: el involucramiento se ve potenciado si incorporamos elementos de gamificación a nuestro proyecto. Los juegos y desafíos que ponen a prueba nuestros conocimientos son muy útiles para internalizar de un modo más dinámico las nociones y habilidades adquiridas.

Comprendiendo las particularidades de este nuevo escenario de formación, delimitando objetivos de aprendizaje claros, conociendo en profundidad a nuestro público, incluyéndolo y acompañándolo durante su experiencia de aprendizaje, podemos lograr resultados efectivos.
Si aún no has empezado a correr la carrera, no te preocupes, lo importante es que cuando te decidas a hacerlo, tengas en claro cuál es tu meta y cuál es la mejor estrategia para alcanzarla. Si ya estás corriendo pero no sabes con certeza adónde vas, ¡tampoco hay que desesperarse! Este es el momento para reflexionar y reorientar el rumbo. Y por último, pero no menos importante, no olvides que todo atleta se respalda en un equipo sólido que lo ayuda a planificar su recorrido, desarrolla las mejores técnicas y dispone del equipamiento necesario. Un equipo que lo guía, entrena, escucha y acompaña. Eso es precisamente lo que hacemos en Webdoor: diseñar, desarrollar e implementar soluciones de eLearning para que las organizaciones y sus colaboradores puedan cumplir sus objetivos.

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